Y si eso fuera poco para desencantaros, la estructura argumental de las temporadas deja de sorprender después de la tercera, que es cuando te das cuenta de que House tiene un carácter autodestructivo...hasta casi el final, cuando recapacita y parece que todo va a cambiar.
Por todo lo comentado arriba entiendo que dejaseis de verla...pero yo no. Siento una fascinación cuasi hipnótica por el carácter del personaje, por su manera de chulear a todo el mundo, y como todos (o casi todos) se lo aceptan...y el que no...acaba doblegándose. Y por todo lo que nos ha aporatod a nuestras vidas en estos ocho años:
- Sabemos qué es el Lupus
- Olivia Wilde
- Hemos aprendido que se puede llevar chaqueta y zapatillas con más estilo que Emilio Aragón.
- Olivia Wilde
- Que los cojos molan, y que pueden llevar motos
- Olivia Wilde
- Que se pueden hacer chistes sobre tus compañeros de trabajo negros sin que te llamen racista
- Ehhh...pensáis que ahora toca "Olivia Wilde"??? Pues os habéis colado!!! Toca...Lisa Edelstein
- Que Hugh Laurie es un guitarrista cojonudo
- Que ser maleducado no es malo si eres un crack
- Que mi profesor de Estructuras de cuarto se creía un genio porque empezó a venir a clase en zapatillas deportivas y con la camisa por fuera y arrugada. Le faltó dejarse la barba.
- Que los barbudos molamos...mucho
- ...
- (podría estar añadiendo puntos todo el día a esta lista...)
- Y, por supuesto, los ojos de Olivia Wilde...uno puede ahogarse mirando esos ojos...se te olvida respirar, simplemente:
En cuanto al último capítulo, todavía no he decidido si me ha gustado o no. (Tranquilos, no voy a comentar nada...odio los spoilers). Cada cual tendrá su propia opinión, pero lo que sí está claro es que es el último.